MARKET DOC

EL BLOG DEL DOCTOR MERCADO: Reflexiones atrevidas e iconoclastas sobre Marketing, Comunicación e Innovación empresarial. Un nuevo punto de vista transgresor y heterodoxo sobre cómo el consumo mueve el mundo.

03 julio 2006

El Escándalo de la Televisión en España


AUTOR: MARKET DOC


Franco Bonvicini, alias, Bonvi (1941-1995) fue un dibujante cómico italiano famoso por las hilarantes tiras de Sturmtruppen, donde se satirizaba la guerra a través de las vivencias de un pelotón de soldados nazis bastante chapuceros. Uno de los chistes recurrentes de esta obra consistía en la alusión que hacían los personajes a la teórica existencia de un “arma secreta del doctor Goebbles” que debía acabar con sus sufrimientos de trinchera y conducirlos a una fácil y cómoda victoria. Al final se desvelaba que la famosa arma no era otra cosa que un aparato de televisión, y en vez de devastar las posiciones enemigas, fulminaba la capacidad de combate de las propias tropas nazis, convirtiendo a los soldados en descerebrados sin voluntad, por haber cometido el error de encenderla para ver cómo funcionaba.

La política audiovisual del Gobierno español en los últimos años (última legislatura del PP y primera del nuevo PSOE de Zapatero) parece directamente sacada de un cómic de Bonvi. El señor Aznar, flamante consejero del gigantesco conglomerado News Corporation, al que según la prensa venía asesorando desde 2004 (nada más abandonar el gobierno; que feo), no sólo no hizo nada para acabar con la sangría de la televisión pública sino que contribuyó con sus tejemanejes a poner en pie aquel Gólem absurdo llamado Telefónica Media, pieza clave de la estrategia burbujista de su amigo de la infancia, Juan Villalonga (y que terminó, como todo el mundo sabe como el rosario de la aurora), y acabó por rematar la faena poniendo en manos de Jesús de Polanco el monopolio de la televisión de pago en España, permitiéndole además la creación y mantenimiento, con gran escándalo, de la red de televisiones locales conocida como Localia, que pretendía convertirse de facto y por la puerta de atrás en una cadena de cobertura nacional, sin concesión para ello.
No hizo falta. Contra todo pronóstico, doscientos muertos después, y violentando la jornada de reflexión en aquellos cuatro días que asombraron al mundo, llegó José Luís “Bambi” Zapatero a cumplir las profecías de don Jesús que, según las malas lenguas, había afirmado que “no hay quien me pueda negar a mí una televisión en abierto”. Dicho y hecho (¿manda alguna cosa más, don Jesús?), sin decir ni abracadabra, sino con una mera petición para emitir, el nuevo gobierno del talante concede a Prisa la autorización para convertir el Canal Plus (licencia de televisión de pago) en la Cuatro (frecuencia analógica en abierto y un negocio publicitario potencial de mil millones de euros. Total nada).

Los operadores digitales Veo (El Mundo) y Net (Recoletos), no daban crédito, después de llevar unos cuantos años tirando su dinero por la alcantarilla, haciendo una televisión que no ve ni el tato. Es como estar en una cola durante horas y que llegue el amigo del taquillero y se ponga el primero por el morro. Para redondear la cosa, no sólo se cuela uno, sino que van dos en el lote (afortunado el que tiene más de un amigo) y conceden otra licencia, esta sí de nuevo cuño, a la Sexta, cuando no hay espacio radioeléctrico analógico suficiente para que llegue a toda la población. Ya llegará, cuando arranque la TDT.

Aznar no hizo nada para solucionar el desparrame de Televisión Española (¡seiscientos millones de euros de pérdidas anuales!, hagan el cálculo para saber cuánto nos toca poner a cada uno), y nos vendió como éxito de gestión que había reducido la deuda del Ente (claro, a base de vender su participación en Vía Digital). Qué cara. Ahora llega Zapatero y nos intenta vender que van a poner orden de una vez con un supuesto plan de viabilidad y la reducción de la publicidad en TVE. Pero tampoco nos engaña: esta vez es para que las televisiones privadas protesten un poquito menos (ellos sabrán lo que hacen, que ya son mayorcitos) y para liberar un trocito de tarta para sus amigos, la Cuatro y la Sexta. Resultado: menos ingresos para TVE (se admiten apuestas para ver cuánto pierde este año).

El escándalo del Mundial ya lo hemos comentado en un post anterior, muy polémico por cierto (me encanta, porque significa que no hemos dejado indiferentes a los lectores, tengamos o no razón, que ni siquiera el doctor Mercado puede asegurar la infalibilidad). ¿Qué pretenden nuestros políticos? ¿Es la televisión tan importante para ellos como para convertirla en objetivo prioritario de sus chanchullos?

Por el momento, lo único que podemos asegurar es que el PSOE aparenta ser mucho más hábil que el PP. Pero mucho, mucho más.

Cuidado, señor Murdoch, que no sé yo si ha elegido los mejores asesores...

1 Comments:

At 9:56 a. m., Anonymous Anónimo said...

¿Y qué me dicen de QUIERO Televisión? ¿Y el despilfarro de las autonómicas? ¿Y la promesa de Gallardón de privatizar Telemadrid? ¿Y el desaguisado que hizo Buruaga en Antena 3? ¿Y el escándalo de cómo se están concediendo las TDT locales? ¿Y los manejos del esbirro Urdazi en TVE? Tantas y tantas cosas... Esto es una vergüenza. Menos mal que alguien se atreve a contarlo. Gracias, doctor Mercado.

 

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